Las energías no renovables predominan con una participación de dos tercios en el consumo energético de Suiza, lo cual conduce a la dependencia del extranjero en el suministro de electricidad. El petróleo, seguido de la energía nuclear, prevalece en la matriz de las energías no renovables. Para conseguir sus objetivos climáticos hasta 2050, Suiza quiere reducir considerablemente la parte de las energías fósiles.
Energías no renovables
Las energías no renovables en Suiza representan en torno al 70 % del consumo bruto total. El petróleo domina la cesta energética con una participación de más de un tercio en el consumo total, seguido por la energía nuclear con la quinta y el gas natural con la décima parte. Estos portadores de energía se importan casi en su totalidad, lo cual conduce a la dependencia del exterior en el suministro de electricidad. Con la Estrategia Energética 2050 se pretende reducir gradualmente la parte de las energías no renovables y renunciar a las centrales nucleares.
Los combustibles fósiles, transformados en energía final en forma de electricidad, gasolina, fuelóleo o calor a distancia, todavía eran responsables del 84 % del consumo total en 1990, porcentaje que se redujo al 59 % en 2021. La prioridad consiste en la reducción del consumo de energías a base de petróleo: este tipo de energía pasó del 24 % del consumo total en 1950 al 80 % a principios de los años 1970. En 2021, este porcentaje se elevaba al 43 %; en la actualidad baja el consumo del gasóleo doméstico para la calefacción, mientras que sube el de los carburantes. Suiza importa el petróleo en su mayor parte en forma de productos acabados, principalmente de Europa. El país alpino procesa solo una cuarta parte de la demanda nacional en una refinería propia.
La energía nuclear hizo su primera aparición en Suiza en 1969 con la inauguración de la central nuclear Beznau I en el cantón de Argovia. Posteriormente, se sumaron la central Beznau II, la de Mühleberg (cantón de Berna), Gösgen (cantón de Soleura) y Leibstadt (cantón de Argovia). En 2011, el Consejo Federal decidió el abandono progresivo de la energía nuclear: no se pueden construir nuevas centrales y las cinco existentes se deben cerrar definitivamente al término de su vida útil. El primer cierre se produjo en 2019 con la desconexión de la central nuclear de Mühleberg, y el próximo cierre previsto para 2029 afectará a la central nuclear de Beznau I.
Desde principios de los años 1970 se utiliza en Suiza gas natural, que hoy tiene que ser importado en su totalidad. El gas natural se utiliza en Suiza, principalmente, para la generación de calor en los hogares, mientras que la industria necesita aproximadamente un tercio del gas para sus procesos de producción. Los contratos a largo plazo garantizan, por un lado, el suministro del gas (procedente de Noruega, de Estados de la UE y otros países, y antes también de Rusia) y, por otro, su depósito (en Alemania, Italia, Francia, Austria y otros países). Suiza está conectada a la red de distribución internacional de gas natural a través de doce puntos de alimentación y es, al mismo tiempo, un importante corredor de tránsito para las conexiones gasísticas de Italia con el norte de Europa.