La segunda fase del Programa de Gestión Comunitaria de la Cuenca del Río Dipilto, ha iniciado este julio con un aporte de 2.1 millones de dólares de la Cooperación Suiza (COSUDE), que se suman a los 4.1 millones aportados para la fase I (2016-2019). "El apoyo de Suiza busca afianzar la participación y el involucramiento de todos los actores, sin distinción de creencias, razas ni simpatías políticas, trabajando alrededor de este gran objetivo común; asegurar suficiente agua de calidad para las actuales y futuras generaciones que le habitan" remarca Armin Ullmann, de COSUDE.
La primera fase logró que 23 mil habitantes de la cuenca, adoptaran buenas prácticas ambientales, lo que permitió la recuperación parcial del caudal del río. El desafío de la fase II, es que el CdC sea autosostenible y que la población se apropie más de las buenas prácticas y recursos aportados en la fase I. "Ha sido un proceso largo, pero ha valido la pena, porque hoy tenemos un comité comprometido y empoderado" señala Maryuri, quien afirma que, al iniciar la nueva fase, el CdC sienta las bases para ser autosostenible.
El CdC también tiene representantes de las alcaldías de Dipilto y Ocotal, pero las y los representantes de la ciudadanía, como Maryuri, son mayoría. Cada miembro proviene de distintos comités de micro cuencas y estos a su vez son propuestos y elegidos entre los Comités de Agua Potable y Saneamiento (CAPS) de sus territorios. El equipo trabaja con apoyo del Nuevo Fise, la Autoridad Nacional del Agua, el Ministerio del Ambiente y los Recursos Naturales y otras autoridades nacionales.
Actualmente, el CdC del Dipilto desarrolla un perfil de proyecto para la adopción de árboles en los bosques de la cuenca. Su plan es que empresas y personas naturales o jurídicas, puedan realizar aportes directos para proteger árboles específicos que las comunidades cuidarán en el terreno. <<Nosotros hemos desarrollado amor por la cuenca. Sabemos que si no empezamos a cambiar de prácticas, nos vamos a quedar sin agua>> dice la fiscal, quien divide su tiempo entre atender su comidería familiar y las múltiples tareas del CdC.
Además de ser su principal fuente de agua, el río Dipilto y los 96km2 de su cuenca son columna vertebral de la economía de la zona. Centenares de fincas cafetaleras aprovechan el agua y el micro clima generados por los bosques en la parte alta de la cuenca, para producir un café de excelente calidad, generando miles de empleos. Ahora el río y su gente batallan contra los impactos negativos del cambio climático.
En las últimas décadas, las variaciones drásticas en las precipitaciones han reducido significativamente la disponibilidad de agua. Los cambios extremos de temperatura también están forzando a los cafetaleros a desplazar sus plantaciones hacia zonas más altas, y a vivir en un ciclo constante de deterioro ambiental. Afortunadamente, la población y sus autoridades han tomado medidas para transformar ese escenario en uno más alentador.
El programa que ha impulsado estos cambios, es ejecutado conjuntamente entre ocho entidades del Estado de Nicaragua y la Cooperación Suiza. En la primera fase se promovió el uso de eco fogones y eco hornos en 708 familias. Otras prácticas de adaptación al cambio climático implementadas a nivel familiar incluyeron la instalación de 764 filtros para aguas grises en zonas de recarga hídrica y en zonas aledañas a los cursos de agua; la construcción de 275 letrinas, la instalación de sistemas de cosecha de agua de lluvia en los hogares, y la promoción de buenas prácticas de higiene familiar. 860 fincas están implementando sistemas eco forestales de café bajo sombra, silvopastoriles y diversificación de cultivos. Con esto se busca mejorar e incrementar la cobertura forestal con diferentes especies de árboles, para proteger las zonas de recarga hídrica y fuentes de agua y diversificar la producción en las fincas. "La diversificación también me permite mantenerme a flote cuando no hay café, porque vendo aguacates, guineos, plátanos, naranjas, limones, asegurando ingresos que ayudan a solventar gastos de luz, agua y combustible", afirma José Luis López, propietario de la finca San José, ubicada en la cuenca.