Las contribuciones de Suiza se concentrarán en las necesidades más urgentes de la población afectada directamente por los huracanes. Suiza estará llevando agua segura, higiene y atención en salud, alimentos y techo a unas 100’000 personas, a través de organismos multilaterales como el Programa Mundial de Alimentos (PMA/ ONU), ONG’s con larga trayectoria en los países y la región, así como mediante la entrega de material a entidades estatales de los países afectados.
Un equipo de expertos suizos en la provisión de agua y saneamiento en contexto de desastre como el que atraviesa Centroamérica, ya se encuentra en la región evaluando la situación y se prepara para capacitar a personal local en el uso de los equipos para la producción de cloro, distribución de agua y limpieza de pozos en Nicaragua.
El desastre provocado por los dos huracanes se expande en vastas regiones de Centroamérica. Decenas de miles de familias permanecen en albergues o entre los escombros de lo que fueron sus casas. “Hemos perdido todo” afirma María Williams, de 64 años, mientras recoge junto a sus hijos algunas tablas que formaban las paredes y piso de su casa en el barrio El Muelle, en Puerto Cabezas, Región Autónoma de la Costa Caribe Norte de Nicaragua (RAACN). Los vientos de 150 millas por hora, unos 230 kilómetros por hora, y las marejadas con que llegaron los potentes huracanes, redujeron su vecindario a una pila de escombros que se extienden por toda la costa de Puerto Cabezas. “Ya habíamos armado una casita después de Eta, pero al venir Iota tuvimos que evacuar nuevamente porque veíamos que era más fuerte y tuvimos miedo” narra Williams, que pese a haber perdido todo en cuatro ocasiones debido a tormentas y huracanes, no sale del asombro de haber sobrevivido junto a sus siete hijos y 17 nietos, un quinto ciclón.